LOS CASTIGOS DEL PETRISMO Y LA SOLIDARIDAD SANDINISTA
Cuando uno se deja coger, en el petrismo, lo mandan a Cuba o a Nicaragua. La gente exitosa del petrismo la mandan a Londres: ¡como Roy y Laura!
Obvio que Carlos Ramón González no volverá nunca al país, ni le dará la cara a la justicia ni a los colombianos.
Como guerrillero del M19, uno de los “generales” de esa guerrilla nunca desmovilizada, no solo está en Nicaragua por identidad pretérita con el modelo revolucionario cruel y sanguinario del Sandinismo (Frente Sandinista de Liberación Nacional), sino por coincidencia presente con la tiranía bananera y represiva de Daniel Ortega.
Está en Nicaragua, con la facilitación clara de la fiscal general del petrismo, que no de la Nación, y está en dicho país, con el cual, si tenemos un diferendo limítrofe significativo y relevante en el que vamos perdiendo, no por conveniencia propia sino por castigo.
A González lo castiga el petrismo por dejarse coger. Cuando uno se deja coger, en el petrismo, lo mandan a Cuba o a Nicaragua. La gente exitosa del petrismo la mandan a Londres: ¡como Roy y Laura! Nicaragua es lo más cercano a estar en la Siberia del Petrocastrochavismo.
González, además, termina con los nicos porque tiene el cuero duro. ¿Cuántos muertos tendrá a sus espaldas por cuenta de su pasado guerrillero? No se sabe. Por eso, Ortega le hará el favor a Petro de mantenerlo apretado por si le dan ganas de cantar en los temas de corrupción en los que fue protagónico. Imagínese que tan mala puede llegar a ser una cárcel o la tortura de Ortega.
El estimado lector podrá pensar que estoy equivocado y dirá que Petro cumplirá su promesa de traerlo de vuelta al país…
Pero la razón más importante para estar en Managua, lugar al que pocos hoy irían voluntariamente, es sin duda el hecho de que como director que fue de la Dirección Nacional de Inteligencia, González tiene mucha moneda de cambio para “vender” al gobierno dictatorial de nuestro contendor caribeño.
Imagínense. No es solo el acceso ilimitado a nuestros planes de ataque y defensa naval en el Caribe. Es el acceso a todos los documentos e información de análisis estratégico sobre el diferendo y nuestra política exterior en el Caribe. Pero en la maleta de González hay más tesoros y regalos para Ortega, Castro y Maduro.
González le lleva a todos los dictadores comunistas del barrio, y más allá, el acceso y control sobre los cargos y asesores estratégicos que hicieron tránsito de las fundaciones y ONG’s de apoyo y legitimación del ELN al ministerio de defensa y ahora a la DNI, como la dúctil directora de Análisis de la DNI, Daniela Gómez Rivas, recién trasladada a cuenta de González desde el ministerio de defensa.
Petro, genialmente, con el apoyo de su nuevo payaso de cabecera Daniel Quintero, distrae a la opinión nacional y al vano establecimiento, siempre enredado en sus aspiraciones y apuestas, del juego verdadero.
Lo verdadero es que faltan horas o días para que González pida u obtenga el asilo por parte de Ortega. Y desde allí, blindado de por vida, les ofrecerá control a los peores enemigos de la democracia colombiana, en tiempo real, de activos y funcionarios estratégicos tanto en la Dirección Nacional de Inteligencia como en el Ministerio de Defensa.
Lo verdadero es que el ministro de Defensa de Colombia y el comando de la Armada, ocupados lambiéndole a Petro, participan del engaño a la opinión inventándose una ilegítima guerra en el trapecio amazónico mientras cohonestan la entrega real de nuestra soberanía fronteriza con Venezuela y Nicaragua.
Lo verdadero es que el show de Isla Santa Rosa no buscaba solo crear una eficaz cortina de humo frente al crimen de estado de Miguel Uribe. Su objetivo es y será mayor: distraer al país mientras Petro, González y otros entregan nuestros intereses estratégicos a quienes añoran y desean fervientemente destruir nuestra democracia y apoderarse de los expolios a nombre de nuestros vecinos.
Ojalá esta denuncia produzca el milagro de que Petro cumpla una promesa. La verdad no lo creo. Pero aún si traen a González, ya tuvo el tiempo más que suficiente, desde la comodidad y resguardo de nuestra propia embajada, de entregar todos sus activos a los peores enemigos de la democracia colombiana.
Lo peor de González no es que sea un ratero, es que además es un traidor.
Enrique Gómez Martínez Publicado en: https://ojopelaomagazine.co/los-castigos-del-petrismo-y-la-solidaridad-sandinista/
