Durante un emotivo encuentro con un grupo de refugiados del Archipiélago de Chagos, el papa León XIV reafirmó su firme postura en defensa de los pueblos más vulnerables del planeta. El pontífice subrayó que todas las naciones y comunidades, sin importar su tamaño o poder, poseen el derecho inalienable a vivir en sus propias tierras, rechazando categóricamente cualquier tipo de exilio forzoso.
“Todos los pueblos, incluso los más pequeños y débiles, deben ser respetados por los poderosos, tanto en su identidad como en sus derechos fundamentales. Nadie puede imponerles abandonar la tierra que los vio nacer”, destacó el papa.
Reunión con refugiados del Archipiélago de Chagos
Antes de su mensaje, León XIV recibió en el Vaticano a una delegación del Chagos Refugees Group, organización que durante más de cincuenta años ha exigido el derecho a regresar a sus islas, tras haber sido expulsados por el Reino Unido. En mayo de 2024, Londres y Mauricio firmaron un histórico acuerdo mediante el cual se devolverá la soberanía del archipiélago al país insular.
El pontífice celebró el acuerdo como un “paso decisivo hacia el regreso a casa” de miles de personas desplazadas en el siglo pasado. Aplaudió la resistencia pacífica del pueblo chagosiano, destacando especialmente la fuerza de las mujeres en la defensa de sus derechos ancestrales.
León XIV expresó su gratitud hacia quienes hicieron posible este avance y subrayó que el respeto al derecho internacional ha sido esencial para reparar una “injusticia histórica”. Además, pidió a las autoridades de Mauricio y a la comunidad internacional garantizar que el retorno de los desplazados se realice en condiciones dignas y justas.
Un llamado a la reconciliación y al perdón
Durante su discurso, el papa también dirigió un mensaje de esperanza a quienes han sufrido largos años de pobreza, exclusión y abandono:
“Estos años de exilio han causado mucho sufrimiento. Que el Señor sane sus heridas y les conceda la gracia del perdón hacia quienes les hicieron daño. Los invito a mirar con esperanza el futuro”.
Encuentro con monseñor Carlos Herrera
En la misma jornada, León XIV sostuvo una reunión privada con monseñor Carlos Enrique Herrera, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN) y obispo de Jinotega, actualmente desterrado por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Aunque la Santa Sede confirmó el encuentro, no trascendieron detalles sobre los temas tratados.
Herrera, de 75 años, fue expulsado de Nicaragua en noviembre de 2024 tras denunciar un acto de “sacrilegio” cometido por el alcalde de Jinotega durante una misa. Su destierro se suma al de otros líderes eclesiásticos como monseñor Rolando Álvarez e Isidoro Mora, en medio de una creciente represión contra la Iglesia católica en Nicaragua.
Tensiones entre la Iglesia y el régimen de Nicaragua
En los últimos años, las relaciones entre la Santa Sede y el régimen nicaragüense se han visto profundamente deterioradas. Decenas de sacerdotes y obispos han sido perseguidos, encarcelados o despojados de su nacionalidad. Actualmente, el gobierno de Nicaragua mantiene suspendidas sus relaciones diplomáticas con el Vaticano.
Aunque León XIV aún no ha abordado públicamente la crisis nicaragüense, conoce de cerca la realidad del país, donde sirvió como misionero años atrás. Tras su elección como pontífice el 8 de mayo, el régimen de Ortega le envió un mensaje formal deseándole que logre “promover la paz”, a pesar de mantener bloqueadas las relaciones diplomáticas.