...

Un Debate Sobre una Posible Intervención de EE.UU. en Venezuela, Cuba o Nicaragua en Pleno 2025

Fecha:

En un mundo interconectado, donde las noticias viajan a la velocidad de la luz, es común cuestionar por qué algunas crisis humanitarias reciben atención inmediata y recursos masivos, mientras otras parecen languidecer en el olvido.

¿Por qué el mundo permite que Israel “masacre a miles” en Palestina, mientras Estados Unidos, con su vasto poder militar, no interviene para “liberar” a Venezuela, Cuba y Nicaragua eliminando a unos pocos líderes?

Esta pregunta invita a un debate profundo sobre dobles estándares en las relaciones internacionales, pero primero, es esencial basarnos en hechos verificados para evitar exageraciones que distorsionen la realidad.

Según datos de la ONU y organizaciones independientes, desde 1948 hasta la fecha, las bajas totales (incluyendo civiles y combatientes de ambos lados) se estiman en alrededor de 100,000 a 150,000 personas, con un pico reciente en la guerra de Gaza desde octubre de 2023, donde se reportan aproximadamente 42,000 palestinos muertos y 1,200 israelíes. Estas cifras son trágicas y merecen condena internacional, especialmente por el alto número de civiles afectados.

Por otro lado, las situaciones en Venezuela, Cuba y Nicaragua son igualmente alarmantes en términos de derechos humanos. En Venezuela, bajo Nicolás Maduro, se documentan detenciones arbitrarias, tortura y represión post-electoral en 2024-2025, con opositores encarcelados y una crisis humanitaria que ha desplazado a millones.

Cuba enfrenta críticas por su sistema represivo, con informes de la ONU sobre ejecuciones extrajudiciales y censura, mientras Nicaragua, gobernada por Daniel Ortega, ha visto un aumento en desapariciones forzadas y ataques a la Iglesia y la oposición.

Estos regímenes autoritarios han causado sufrimiento masivo, pero ¿justifica eso una intervención militar de EE.UU. para “eliminar” a líderes como Maduro, Díaz-Canel o Ortega? Aquí entra el debate ético y legal.

Históricamente, EE.UU. ha intervenido en América Latina en más de 40 ocasiones entre 1898 y 1994, a menudo para promover intereses económicos o combatir el comunismo durante la Guerra Fría.

Ejemplos incluyen el derrocamiento de Jacobo Árbenz en Guatemala (1954), el apoyo al golpe contra Salvador Allende en Chile (1973), y invasiones en Panamá (1989) y Granada (1983).

Estos intervenciones frecuentemente instalaron dictaduras brutales, como la de Augusto Pinochet, que resultaron en miles de muertos y desapariciones.

Los resultados a largo plazo han sido mixtos: estabilidad temporal a costa de resentimiento antiestadounidense y ciclos de inestabilidad.

Lecciones de Irak (2003) y Afganistán (2001-2021) muestran que derrocar regímenes sin un plan sólido lleva a caos, guerras civiles y terrorismos emergentes.

Legalmente, asesinar líderes extranjeros viola el derecho internacional. La Carta de la ONU prohíbe intervenciones armadas salvo en autodefensa o con aprobación del Consejo de Seguridad.

El asesinato selectivo en tiempos de paz es considerado ejecución extrajudicial, prohibido por tratados como la Convención de Ginebra. EE.UU. tiene su propia prohibición ejecutiva contra asesinatos desde 1976, aunque ha usado drones en contextos de guerra.

blogueronica image venezuela cuba nicaragua 2

Una intervención en Venezuela, Nicaragua o Cuba podría desencadenar una guerra regional, con aliados como Rusia y China apoyando a estos regímenes, y condenas globales por violar la soberanía.

¿Existen dobles estándares? Sí, y son evidentes.

EE.UU. apoya a Israel con miles de millones en ayuda militar anual, vetando resoluciones de la ONU críticas a sus acciones, mientras impone sanciones a Venezuela, Cuba y Nicaragua por violaciones similares.

Críticos argumentan que esto se debe a alianzas estratégicas: Israel es un socio clave en Oriente Medio contra Irán, mientras que los regímenes latinoamericanos son vistos como remanentes del socialismo que no amenazan directamente a EE.UU.

En América Latina, líderes de izquierda como Gustavo Petro (Colombia) y Gabriel Boric (Chile) han cortado lazos con Israel por Gaza, destacando esta hipocresía. Sin embargo, esto no justifica inacción; revela un sistema internacional donde el poder y los intereses geopolíticos priman sobre la consistencia moral.

En mi opinión, la intervención militar no es la solución. En lugar de “eliminar individuos”, que podría crear mártires y más represión, el enfoque debería ser en diplomacia multilateral, sanciones dirigidas, apoyo a la sociedad civil y elecciones libres supervisadas por la ONU.

Para Palestina, se necesita un cese al fuego y negociaciones genuinas. Los dobles estándares erosionan la credibilidad global, pero la violencia unilateral solo perpetúa ciclos de resentimiento.

¿Qué piensas tú? ¿Debería EE.UU. intervenir, o es hora de un nuevo paradigma en las relaciones internacionales?

Comparte en los comentarios.

Blogueronica
Blogueronica
Blogueronica es un medio digital independiente dedicado a la defensa de la libertad, la justicia, la democracia y la paz en Nicaragua. Nuestro objetivo es informar, analizar y denunciar las acciones represivas de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, promoviendo el pensamiento crítico y la movilización ciudadana para contribuir al fin de esta dinastía autoritaria.
spot_imgspot_img

Suscríbete

Populares

Podrían gustarte
Relacionado

Carlos Cárdenas Zepeda preso político muere en custodia: Un crimen de Estado más en Nicaragua

Organizaciones de derechos humanos, colectivos de abogados y movimientos...

Dictadura reforma por cuarta vez la Constitución y agrega sanciones a funcionarios por «mala administración»

Los dictadores Daniel Ortega y Rosario Murillo han introducido...

Crecimiento económico de Nicaragua se frena y expone la total fragilidad del régimen Ortega-Murillo

La economía de Nicaragua, que durante los últimos años...
Seraphinite AcceleratorOptimized by Seraphinite Accelerator
Turns on site high speed to be attractive for people and search engines.